domingo, 26 de julio de 2015

Montañita - Ecuador

Hay una película que me gusta bastante y lo curioso es que nunca he visto el final y estando en Montañita se me viene a la memoria, no se si conocen a " Apocalipsis Now" , es una película sobre la guerra de vietnan y si bien Montañita no esta en guerra, si tiene olas y surf ¿no entienden la relación?, les tocó ver la peli.

Viajé desde Quito durante toda la noche, fueron casi 10 horas eternas, los buses en Ecuador dejan mucho que desear, sí, algunos tienen baños, pero solo para mujeres, ese era el caso del bus en el que yo viajaba, y yo que sufro de vejiga chiquita, nada que no solucione una parada en la estación de gasolina.

Al llegar a Montañita me bajo del bus y a buscar el hostal, Hidden Hause se llama y lo encuentro con gran facilidad gracias a que en el paradero del bus hay una chica (alemana) que caza posibles huéspedes, precio por noche: 7 dólares en habitación de ocho camas.

Después de descansar un momento lo primero que hago es ir a buscar una peluquería, "con la uno por los lados y arriba un poquito" le digo al caleño peluquero, "si querés te quito volumen arriba" me responde, "hagale" le digo. Me cuenta que en Colombia era profesor, pero que en Montañita le va mejor peluquiando, "gano más y me mato menos" me dice mientras echa tijera y quita volumen. Precio del corte: 3,50 dólares.

Para almorzar el caleño me recomienda un restaurante de colombianos, precio: 3 dólares y aguanta, de regreso al hostal me cambio y salgo para el mar, para el océano pacífico, nunca lo había visto, pero tiene un sabor muy semejante al mar caribe colombiano, al Tayrona, estoy sentado en la arena mirando al horizonte y me imagino que en cualquier momento aparecen unos helicópteros con parlantes donde suena una composición de Richard Wagner y un coronel diciendo que a Charlie no le gusta el surf, que lindo.

Las noches de Montañita son sólo rumba (fiesta), todos los hps días del año, gente de todo el mundo, creo que un 98% de la población es extranjera ya sean visitantes o lugareños, Montañita no parece Ecuador, parece otro lugar del mundo. Esa misma noche salgo con otros huéspedes del hostal a dar una vuelta, bares y discotecas por todos lados, puestos de cócteles, de comidas rápidas y claro, muchos artesanos. A eso de la 1 am me voy al hostal, estoy muy cansado aún del viaje, los otros huéspedes siguen no sé hasta que hora, quizás se quedan toda la noche, estamos en Montañita y a Charlie no le gusta el surf.

Al día siguiente (martes, creo) a la habitación donde estoy llega más gente,  un alemán, una gringa y una argentina, Ivana, hermosa ella, y claro, después de la playa, otras vez a la rumba, creo que muchos saben que no soy de ese ambiente de jolgorio, pero aquí en Montañita es imposible evitarlo, ese es el alma del pueblo. Estando en el bar llegan más personas, conocidos de Ivana, entre ellas esta Kristine, mierda, me llama mucho la atención, es alemana (que casualidad), aprende español y es linda, ojos claros, pequitas y alta, pero a diferencia de Charlie, a Kristine si le gusta el surf, y mañana nos vamos a ver de nuevo.

Amanece el miércoles (creo) y para variar y economizar cocino en el hostal, no preparo desayuno, únicamente almuerzo, pollo y papas con bastante guiso, me gusta mucho. El clima no es muy bueno, cae una leve llovizna, a las 15 horas salgo para encontrarme con Kristine, la idea es hacer surf, nos encontramos y caminamos en la playa, el viento sopla con fuerza, las olas llegan a la orilla con fuerza, hay bandera roja, no podemos surfear, que mal para nosotros, que suerte para Charlie. Kristine y yo nos despedimos, no es seguro que nos veamos esa noche, el clima es feo y yo no tengo mucho dinero, más tarde visitaré al cajero.

A eso de las 21 horas Ivanna me convida a salir a tomar algo, en un bar hay barra libre para las chicas (pueden tomar todo el licor que quieran gratis) yo voy con gusto, sólo que primero debo pasar por el cajero, Ivana me acompaña. Cuando introduzco la tarjeta ¡ohhh sorpresa! No puedo sacar dinero ¡mierda! Sólo tengo 22 dólares en el bolsillo, hasta ahí fue la salida con Ivana, ella se queda a buscar otras personas del hostal, yo me regreso a intentar solucionar el problema del banco, intento desde la red pero no puedo, me dicen que me acerque a una oficina del banco, busco en internet por la oficina más cercana, hay una en Tumbes, Perú y sólo tengo 22 dólares , ¡mierda! ¿Ahora que hago? Estoy sólo en Ecuador, sin dinero y sin oficina del banco. Me preocupa la situación. Intento buscar ayuda de mis amigos en Colombia, que me presten algo de dinero para lograr llegar a Perú, pero sólo me pueden prestar el dinero para el día siguiente, entre esos amigos está Patto, de Bogotá, le pido que intente contactar a mi banco a ver que me dicen. Me voy a dormir con la preocupación del siguiente día.

Jueves, estoy seguro que es jueves, me despierto y en el cell hay un mensaje de Patto con un número telefónico, me levantó salgo y me desayuno dos bananos, busco una cabina telefónica y llamo a Colombia, me responden en el banco, les comento mi problema, me hacen una prueba de seguridad y listo, ya puedo retirar dinero, ufff, que suerte. Muchas gracias Patto.

Ese día en el hostal una chica argentina y yo cocinamos juntos, así es más barato, hacemos lentejas, arroz y ensalada, precio: 1.50 dólares. Ivanna ya se ha marchado, la chica gringa también, al igual que el alemán, el suizo aún esta por ahí. 

Ese día salgo a la playa, el clima sigue igual de malo, camino un rato y regreso al hostal, duermo unas horas, ya en la noche voy al centro de la ciudad, camino por sus calles llenas de extranjeros, incluso encuentro la iglesia de Montañita, no pensé que hubiera una en este lugar. De regreso en el hostal recibo un mensaje de Kristine, me dice que si quiero ir a la playa a tomar una cerveza, ¡claro!.

A las 20 horas me encuentro con ella, me gasta la cerveza, me dice que yo pago la proxima en Lucerna o en Bogotá, lo que pase primero , caminamos por la playa, me cuenta de su vida, vive en Suiza y le gusta aprender idiomas, me gusta como habla, como se expresa. El clima no mejora, pero no importa, me agrada estar ahí. Después de no sé que tiempo Kristine quiere ir a su casa, se queda donde una familia local, si el clima mejora al día siguiente nos volvemos a ver para ir a otra playa, sólo si el clima mejora. 

Viernes, el clima es un asco y ya llevo una semana en Montañita, la idea era quedarme sólo dos noches, pero Montañita es adictiva, de un momento a otro me quiero ir, preparo un desayuno grande y voy a comprar el tiket para Cuenca, la siguiente ciudad que quiero visitar. Le escribo a Kristine desde el portátil del hostal, la WiFi no funciona, "Kristine, viajo hoy, nos vemos a las 12 en la terminal de buses" le escribo, no sé si lo leerá a tiempo. Voy a la habitación y empaco mi maleta, me despido de algunas personas y a las 12 estoy en la terminal, mi bus sale a las 13. Kristine no llega pero mi bus sí. 

Ya es sábado y estoy en Cuenca, aún no tengo internet, no sé nada de Kristine, me hubiera gustado despedirme de ella, decirle que me gusta, que me gustó conocerla, pero en fin, así es cuando se viaja. En el recuerdo quedará la noche del jueves, caminar por la playa de Montañita con Kristine mirando las luces de los barcos en la lejanía del mar. Me gusta el olor del napalm en la mañana, pero me gustó aún más el olor de sal marina de aquella noche.


Descripción gráfica de Montañita

El hostal

Iglesia de Montañita

Montañita de noche

Montañita de día

Terminal de buses de Montañita


No hay comentarios.:

Publicar un comentario