martes, 8 de septiembre de 2015

De Ururo a Uyuni y al salar

La última vez que había viajado en tren fue hace ya algunos años, ya lo olvidé, en esa ocasión viajaba de Zürich a Khur, en Suiza, y no iba solo y tampoco iba comiendo polvo que se metía por las ventanas del tren que me llevaba de Ururo a Uyuni.

Con Justine y NoNo había viajado tres horas de La Paz a Ururo, el viaje fue cómodo y me sorprendió el estado de las vías, doble calzada en medio de una planicie sobre los andes. Llegamos a Ururo a las 11 am y nuestro tren salía a las 14, así teníamos tres horas para explorar la ciudad. Así pues dejamos los morrales en la estación del tren (3 bolivianos hasta la salida del tren) y salimos a aventurar por la ciudad.

Ururo no es la gran cosa, hay que decirlo, lo más interesante de la ciudad fue el mercado ambulante, al igual que en la La Paz en las calles de Ururo hay de todo en los "agachece" y muy barato, en uno de esos compro unos interiores de lana hasta los tobillos, muy bonitos, hasta tiene huequito para el pajarito, que ternura. De esa forma me preparo para el frío de Uyuni.

Mis acompañantes francesas también compran algunas cosas, es difícil evitarlo, Bolivia es muy barato, ¡que viva el contrabando!. De almuerzo comemos Saltinas, una especie de empanada hecha de harina de trigo y rellena de papas cocinadas y pollo, algo como un sudado dentro de un pan, sabe bien y se come con tenedor y cuchillo. Después vamos a un parque cuyo nombre ya olvidé, lo bonito de ahí son las estatuas, fueron donadas por el gobierno de Suiza, tienen un estilo neoclasicista muy bonito.

Lastimosamente esos son los atractivos de Ururo, quizás hay más pero nuestro tren no da espera.

"Die alte gute Reichsbahn soll mit voll Gas Rollen!!" (el buen viejo tren imperial tiene que rodar a toda velocidad) o algo así dice una canción alemana y me alegra haber elegido tomar el tren para viajar a Uyuni, algo sorprendente que Bolivia con toda su supuesta pobreza y atraso tenga un tren de pasajeros con una buena comodidad y cierto lujo, mientras que Colombia, los colosos del norte, apenas tenemos un tren turístico y el trencito del salitre mágico, que tristeza.

El tren suena y resuena y toce con tos ferina, vamos en una centella, atravesamos un lago por lo que parece la mitad, a lado y lado hay Flamengo rosados, patos y otras aves que no identifico, en el vagón todos somos extranjeros, franceses en su mayoría, todos tomamos las cámaras y las disparamos con ese paisaje, agua, aves, montañas, el cielo azul y el vibrar del Reichsbahn, es increíble estar ahí.

El viaje dura siete horas y en todas ellas el paisaje es hermoso, lagos, desiertos, montañas y pueblos en mitad de la nada, a eso de las 17:30 horas Justine me pregunta si no quiero ir al vagón restaurante, "claro, vamos" le respondo, en ese vagón hay algunos gringos comiendo, huele bien, yo sólo pido un café y Justine un jugo, por la ventana se ve el atardecer, es precioso, los colores  azul, dorado y rojo se mezclan, se ve increíble, por algún motivo pienso que así se debe ver los atardeceres en Marte.

A las 21 horas aproximadamente llegamos a la estación de Uyuni, tan pronto salimos algunos vendedores de toures para el salar se nos acercan, les pedimos sus tarjetas y vamos de una vez al "hostal Avenida" precio en cuarto de 4 camas: 40 bolivianos, hay internet y agua caliente, además el baño tiene calefacción. Muy bueno. Salimos a comer algo y nos encontramos a Hami, un chico de Inglaterra que viaja por Suramérica por un año, increíble, los padres de él son de la India, por lo cual Hami no se ve muy inglés pero tiene la amabilidad típica de las personas de hindúes, también me puedo contactar con Camilo, él también ha llegado a Uyuni y quedamos de encontrarnos al día siguiente para buscar un tour al salar, me alegra que él también esta en Uyuni.

Al día siguiente Justine, NoNo, Hami, Camilo y yo vamos a buscar una agencia que nos llevará al salar, encontramos dos a buen precio, Camilo y yo elegimos una de 650 bolivianos, el resto del grupo prefieren otra agencia que recomienda el librito mágico de las chicas, de esta forma nos dividimos, pero seguro nos encontraremos en el salar. Todos regresamos a los hostales y hacemos una maleta pequeña para tres dias, a las 10:30 am salen los toures hacia el salar, Camilo y yo, al igual que en Machu Picchu, aventuramos juntos, ya casi llego a mi meta del viaje por Suramérica, el inmenso salar de Uyuni.

Die alte gute Reichsbahn

Lagos saliendo de Ururo.

Desde el Reichsbahn.

Pueblito.

Café.

Justine y NoNo

Tren al sur.

Parque de Ururo.



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